Black Friday: : El Día que Revolucionó las Compras en el Mundo.

El Black Friday, o “Viernes Negro”, es un evento que marca el inicio de la temporada de compras navideñas y se ha convertido en un fenómeno global. Pero ¿Cómo comenzó esta tradición en Estados Unidos? ¿Qué la llevó a cruzar fronteras?

El término Black Friday surgió en Filadelfia en los años 50, cuando la policía local usó esta expresión para describir el caos que seguía al Día de Acción de Gracias “Thanksgiving”. Lo que ocurría es que el viernes posterior a esta festividad, las calles se llenaban de compradores y turistas de camino a un importante partido de fútbol americano, creando desorden y confusión por las calles.

No fue hasta los años 80 cuando las cosas cambiaron y se le dio al este término un nuevo enfoque. Se popularizo la idea de que “Black Friday” hacía referencia al momento en que los negocios “pasaban de números rojos a negros”. Es decir, cuando comenzaban a generar ganancias gracias al gran volumen de ventas realizadas en ese día. De ahí que las tiendas comenzaran a ofrecer descuentos significativos para atraer a más clientes.

Durante las décadas siguientes, su éxito en Estados Unidos inspiró a otros países a seguir los mismos pasos. Su expansión internacional fue impulsada por dos factores. En primer lugar, el auge del comercio electrónico y en segundo lugar la globalización cultural y comercial. Así muchas marcas estadounidenses aprovecharon el momento para introducirlo en países como Canadá, Reino Unido y México. Después, otras marcas adoptaron la práctica, adaptándola a sus propias estrategias de mercado.

En países como España y Brasil, llegó inicialmente como un evento online, pero que rápidamente se trasladó a las tiendas físicas. Actualmente, no solo abarca un día, sino una semana o incluso un mes de ofertas y ha evolucionado para incluir eventos paralelos como el “Cyber Monday”, centrado en las compras online.

De una tradición caótica en Filadelfia a un evento esperado en los cinco continentes, el Black Friday demuestra cómo la cultura del consumo puede transformar las costumbres locales en fenómenos globales.

Lorreine Sastrías